junio 06, 2010

Helena


De todo eso iba quedando Hélène, como siempre su sombra fría en lo más hondo del portal donde se había refugiado de la llovizna para fumar. Su f´ria distante inevitable sombra hostil. ¿Qué venías a hacer aquí? No tenías derecho a estar entre las cartas de esa secuencia, no eras tú quien me había esperado en la esquina de la rue de vaugirard. ¿Por qué te obstinabas en sumarte, por qué una vez más oiría tu voz hablándome de un muchacho muerto en una mesa de operaciones, de una muñeca guardada en un armario? ¿Por qué llorabas otra vez, odiándome?